PUEDE QUE ENCUENTRES ESTA AFIRMACIÓN MUY ACEPTABLE, debido a tu necesidad inmediata de ella en tus circunstancias actuales, pero esta afirmación es mucho más profunda de lo que puedes comprender en un primer momento. Tú tienes mucha más fuerza de la que has reclamado, pero no podrás comprenderla por completo hasta que dirijas su aplicación de una manera que te regenere verdaderamente y haga salir tus verdaderas capacidades.
¿CÓMO PUEDES ACERCARTE A TU FUERZA cuando te sientes débil e impotente, cuando te sientes indigno, si estás agobiado por la culpa o la confusión o, enojado, culpas a otros de tus propios aparentes fracasos? Reclamar tu fuerza significa soltar todo lo que te impide avanzar. Tú no sueltas tus obstáculos afirmando que no existen. Los soltarás porque valoras algo mayor. Su obstrucción no es más que la señal de que debes pasar por ellos. Entonces se cultiva tu propia fuerza. Tú buscas tu fuerza, y la utilizas para encontrar tu fuerza. Deseamos que conozcas tu fuerza y la uses en tu propio beneficio.
EN TUS DOS MEDITACIONES DE HOY, en silencio y en quietud, intenta sentir tu propia fuerza. No dejes que meros pensamientos te disuadan, pues los temores y las dudas son solo pensamientos —cosas vaporosas que cruzan tu mente como las nubes—. Más allá de las nubes de tu mente está el gran universo del Conocimiento. Por tanto, no dejes que las nubes obstruyan tu visión de las estrellas que hay más allá.
PRÁCTICA 44: Dos sesiones de práctica de 30 minutos.