TÚ TE HARÁS ESTA PREGUNTA TARDE O TEMPRANO, y tal vez en muchas ocasiones. Hacer esta pregunta nace de tus expectativas de ti mismo. Sin embargo, cuando observes atentamente tu vida, verás que has requerido instrucción para todo lo que has aprendido. Tal vez pareció que las cosas que sentiste dentro de ti las habías creado tú, pero también ellas son el resultado de la instrucción. Has sido preparado mediante las relaciones para todo lo que has aprendido, ya sea una habilidad práctica o una percepción interna más profunda. Descubrir esto produce un gran aprecio por las relaciones y una plena afirmación del poder de la contribución en el mundo.
SI ESTUVIERAS INTENTANDO CENTRARTE HONESTAMENTE EN EL APRENDIZAJE de cualquier habilidad, primero deberías reconocer lo mucho que no sabes, luego tendrías que reconocer lo mucho que necesitas aprender, y después deberías buscar la mejor forma posible de instrucción. Esto debe aplicarse a la recuperación del Conocimiento. Debes darte cuenta de lo poco que sabes, de lo mucho que necesitas saber, y después debes recibir la instrucción que se provee. ¿Es una debilidad necesitar un maestro? No. Es un reconocimiento honesto basado en una evaluación honesta. Si tomas consciencia de lo poco que sabes, de lo mucho que necesitas saber y del propio poder del Conocimiento, entenderás lo obvio que es esto. ¿Cómo puede darse a los que piensan que ya tienen, cuando en realidad son pobres? No se puede. Y su pobreza será aplicada y mantenida por ellos mismos.
¿POR QUÉ NECESITAS UN MAESTRO? Porque necesitas aprender. Y necesitas olvidar aquello que has aprendido y te está reteniendo. En tus dos sesiones de práctica de hoy, con los ojos cerrados en meditación, considera por qué necesitas un Maestro. Observa cualquier pensamiento que parezca indicarte que podrías hacerlo por tu cuenta si fueras lo bastante inteligente o fuerte o satisficieras alguna otra calificación. Si surgen estas expectativas, reconócelas por lo que son. Tales expectativas son una insistencia en permanecer en la ignorancia, proclamándote a ti mismo como un instructor adecuado. Tú no puedes enseñarte a ti mismo lo que no sabes, e intentar hacerlo solo recircula información antigua y te ata más cerca de donde ahora estás.
POR TANTO, EN LA PRÁCTICA DE HOY RECONOCE tu necesidad de verdadera instrucción y tu resistencia, si la hay, a la presencia de verdadera instrucción que está ahora disponible para ti.
PRÁCTICA 47: Dos sesiones de práctica de 30 minutos.